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Para algunas familias, rezar el Santo Rosario unidos en este tiempo de covid19, se ha convertido en una tradición familiar, inculcada por los abuelos, implementando buenos hábitos que llegan a traspasar de generación en generación y puede llegar a ser una muy buena excusa para convivir con los seres queridos.
El Santo Padre recomienda que “al meditar todos los días sobre los misterios de la vida de María a la luz de la obra salvífica de su Hijo, compártanle sus alegrías, sus preocupaciones y sus momentos de felicidad”.
Está científicamente comprobado que el rezar en familia, otorga grandes beneficios humanizados para la salud física y emocional, entre los que se encuentran los siguientes:
- Felicidad, las familias que rezan juntas están más unidas, son más felices y por ende viven mejor. Mejora la salud mental, la oración repercute en una mejor salud mental, reduce el estrés, ayuda a ser más paciente convirtiendo a las personas en más tolerantes con respecto al entorno más cercano.
2. Convivencia familiar, si una familia pasa un rato unida rezando, durante ese tiempo no está enganchada a la televisión, el celular o redes sociales, provocando una mayor interacción entre los miembros de la familia.
3. Asiste en la enfermedad, la oración es clave en la enfermedad, sus efectos son muy visibles en las personas, une a la familia para afrontar acontecimientos difíciles ante cualquier enfermedad o la muerte. Indulgencias plenarias, esta devoción mariana otorga la indulgencia plenaria, para quien lo recita con las debidas disposiciones.