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Les escribe y les saluda el Teólogo, Carlos Tirado Moreno, director y fundador de la Asociación Humanizados en Colombia. Con este artículo relacionado al ayuno, deseo compartirles su significado con una sencilla-humilde guía para colocarlo en práctica.
Debemos tener presente que el Ayuno nos ayuda a fortalecer la voluntad para elegir siempre el bien y permite abrirnos a la gracia de Dios. El Ayuno, desde la vida espiritual, nos ayuda en dos áreas de nuestra vida. Por un lado, es la forma como la voluntad se entrena con la renuncia a cosas buenas, para en su momento poder rechazar las malas. Por otro lado, ejerce una acción misteriosa, que permite al alma abrirse de una manera particular a la gracia y a la presencia de Dios, es decir, el alma toma más gusto por las cosas de Dios.
A continuación les presento esta cita bíblica, donde Jesús exhorta a sus discípulos con lo relacionado al ayuno y a expulsar aquellos demonios que el ser humano lleva dentro. Del Santo Evangelio según San Mateo 17, 19-21:
«Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron en privado: «¿Por qué nosotros no pudimos echar a ese demonio?» «Jesús les dijo:
«Porque ustedes tienen poca fe. En verdad les digo: Si tuvieran fe, del tamaño de un granito de mostaza, le dirían a este cerro: Quítate de ahí y ponte más allá, y el cerro obedecería. Nada sería imposible para ustedes (Esta clase de demonios sólo se puede expulsar con la oración y el ayuno).»» Palabra del Señor. Gloria a TI Señor Jesús.
Cuando nos privamos de cualquier cosa que está en relación con nuestros apetitos, especialmente con el placer (Comer, beber, ver, oír, sentir), estamos acostumbrando a nuestra voluntad a recibir órdenes directamente de nosotros y no de nuestras pasiones. Nos lleva a ser dueños de nosotros mismos. De esta manera, una persona habituada a ayunar será una persona habituada a la renuncia, y tendrá sometidas sus pasiones a la voluntad, de manera que el cuerpo come, duerme, y hace lo que la voluntad le indica. Si la voluntad está orientada a Dios, buscará evitar todo lo que lo separa de Dios y orientará todas sus acciones a EL.
Por otro lado, como te decía, el Ayuno, especialmente el de la comida, nos abre de una manera misteriosa a la presencia de Dios. Parecería como si el hambre corporal se fuera convirtiendo en hambre de Dios. Ahora bien, para que esto se realice, el Ayuno debe estar unido a la oración. Sin oración el Ayuno se convierte en dieta o en estoicismo, que poco o nada ayuda a la vida espiritual.
Algunas personas quieren ayunar, pero nunca se encuentran con fuerzas para hacerlo. Te comparto esta humilde guía de 6 elementos prácticos que serán de ayuda para iniciar y crecer en este ejercicio espiritual en la medida de tus posibilidades; pero para ofrecer un ayuno, debes tener muy presente que debes tener el alma limpia buscando el Sacramento de la Penitencia y confesión con un sacerdote. De lo contrario, debes comprometerte que lo vas hacer en el menor tiempo posible de estos días, sin dejar que las excusas o justificaciones representen mentira tras mentira… busca la confesión y recibirá el perdón de Dios con un corazón contrito y humillado.
1. Lo primero es que el Ayuno debe ser progresivo. Es decir hay que comenzar por lo poco y poco a poco progresar en él. Empieza entonces con pequeñas renuncias, como negarte un café, un vaso de agua, un dulce, un postre, un programa de televisión, etc. Esto irá poco a poco aumentando tu capacidad de renuncia (Abstinencia).
2. Inicia el Ayuno con un buen rato de oración. Te recomiendo prepararlo desde la noche anterior… haz un buen rato de oración y ofrece a Dios el día de Ayuno. Pide a Dios la gracia que estás necesitando o el sentido que quisieras ver fortalecido con tu Ayuno. Durante todo el día de Ayuno, dedica el mayor tiempo que puedas a la oración. Es conveniente que realices una agenda del ayuno de medido día para principiantes (Los que inician por primera vez) y otra agenda de todo el día para los que llevamos una preparación espiritual con mayor compromiso. Ejemplo para los principiantes en ayunar:
*6:00 am Participar de la Santa Eucaristía y tener 15 minutos de visita al Santísimo (Jesús Eucaristía en el sagrario).
*7:00 am Hacer la obra de misericordia ofreciendo en dinero o en alimento el costo del desayuno para alguna persona que lo necesite.
*8:00 am Orar el Santo Rosario y ofrecerlo por la misma intención del ayuno.
*9:00 am Pidiendo el Espíritu Santo, meditar un salmo: Ejemplo: Salmo 23, 91, 101, etc…
*10:00 am Hacer una pequeña reflexión sobre tu conversión o cambios que deseas hacer en tu vida personal. En tu altar u oratorio que tienes en casa, puedes colocar una música de fondo, encender una vela (Cirio) y que nadie interrumpa ese momento de intimidad con Dios.
*11:00 am Puedes leer la vida de un santo, leer una de las cartas o mensajes del Papa Francisco o la doctrina de la Iglesia Católica: Catecismo y después colocar una frase en tus redes sociales como una manera en que alguna persona lo está necesitando en esos momentos y pasa por alguna necesidad… Dios utiliza nuestra materia por medio de la tecnología “Dios nos habla”.
12:00 md Termina el ayuno con la oración o el rezo del ángelus (Son las tres Avemarías).
Nota: El almuerzo debe ser muy sobrio (Sencillo), no gran cantidad de alimentos. De lo contrario, la glotonería te hace perder el ayuno y la abstinencia.
El mayor tiempo de oración que puedas… substituye el alimento corporal con alimento espiritual.
3. Es muy conveniente que inicies tu Ayuno con la Eucaristía. Busca una Iglesia en donde puedas comulgar en la mañana, en caso que no puedas en la mañana, hazlo en la tarde al salir de tu trabajo. Si no se puede, haz al menos una comunión espiritual.
4. Una vez que sientas que has progresado con las renuncias, inicia con lo que se llama el Ayuno Eclesiástico, que es lo mínimo que nos invita a vivir la Iglesia en los días prefijados de Ayuno (Miércoles de ceniza y Viernes Santo). Este consiste en desayunar un pan y un café, no tomar nada entre comidas, comer ligero (procurando que te quedes con un poco de hambre) y finalmente por la noche lo mismo un pan y un café.
5. El siguiente paso es hacer medio Ayuno, que consiste en solo un café en la mañana, nada entre comidas y una comida ligera. Solo agua todo el día. Por la tarde puede tomar una cucharada de miel, sobre todo si tienes un trabajo que requiera mucho desgaste de energía.
6. Finalmente podrás aspirar al Ayuno de pan y agua, que consiste en comer solo pan y agua. Lo mismo, puedes tomar una cucharada de miel a media mañana y a media tarde para recuperar energía.
Recuerda, que es una obra del Espíritu, por lo que no esperes resultados como si a cada acción hubiera una reacción. A veces un pequeño esfuerzo de nuestra parte corresponde a una gracia inmensa de Dios y viceversa, un gran esfuerzo humano y pocos resultados espirituales. Dios sabe cómo, y en qué momento darnos las gracias. De lo que si puedes estar seguro es que al iniciarte en el ayuno te abrirás a la santidad y tu vida cambiará RADICALMENTE. El Ayuno es el camino a la perfección cristiana. Ánimo.
Fuente: Laverdadcatolica.org